Las crisis conyugales nos incomodan, pero si las afrontamos correctamente, incluso podemos beneficiarnos de ellas, porque nos permiten trabajar las pequeñas diferencias y fortalecerlas.Experimentar la relación.
Es normal que un matrimonio pase por situaciones de crisis, donde está formado por dos personas con intereses, rasgos, personalidades… Es imposible que estemos de acuerdo en todo.
Es importante saber afrontar estas diferencias para poder adaptarse, el objetivo no será cambiar al otro, sino encontrar un equilibrio entre los dos.
Existen técnicas y estrategias que pueden ayudar a afrontar y superar con más fuerza las crisis de pareja, y en este artículo te hablaremos de ellas.
Crisis de pareja de 7 años: Un fenómeno común pero raro
¿Qué es la crisis matrimonial?
Una crisis matrimonial es un período de incomprensión, desconfianza y/o discusiones constantes que se dan entre los cónyuges y los dejan en un estado constante de ansiedad e incomodidad.
De esta forma, serán considerados un punto decisivo en la relación, que puede desembocar en una ruptura o, por el contrario, fortalecer la relación de los cónyuges.
Así que aunque los socios no la estén pasando bien y quieran evitar esta situación, puede ser una buena oportunidad para divertirse, aprender más el uno del otro y hablar de otras cosas.
Todas las parejas experimentan una crisis, más o menos estresante, antes o después del sexo, que puede resolverse de diferentes formas.
señal de crisis
Para prevenir o intervenir en una crisis lo antes posible y evitar sus efectos principales, debemos estar atentos e identificar posibles señales de que algo anda mal, lo cual es necesario para provocar un cambio en nuestras relaciones y superar la crisis.
Algunos ejemplos de tales señales son: no quieres ver ni planear con tu pareja, ya no tienes intereses ni pasatiempos comunes, cualquiera de sus acciones te hace enojar.
Enojado e irritable, no puedes hablar de ello por mucho tiempo, cada vez que hablas te criticas a ti mismo, te pones a la defensiva al hacer comentarios, te cuesta hablar o no hablas directamente sobre la aparición de problemas o acuerde prestar más atención a los rasgos o rasgos que no le gustan en su compañero de vida.
Cómo lidiar con una crisis matrimonial
Como hemos explicado, las sensaciones y malestares que surgen cuando nos encontramos en un momento de crisis no son nada agradables y generan ansiedad en las personas, lo que puede derivar en cambios de humor.
Cambios más graves como trastornos del estado de ánimo o de ansiedad. Por eso, es fundamental que resolvamos la situación lo más rápido posible y no dejemos pasar más tiempo, porque solo estamos tratando de hacer más daño a la relación y a nosotros mismos.
Existen diferentes técnicas o estrategias que pueden ser útiles para saber actuar en momentos de crisis y tratar de convertirlo en aprendizaje, desarrollando y fortaleciendo relaciones, y evitando que este malestar continúe.
primero. Conciencia y aceptación de la situación.
Como en cualquier situación problemática, el primer y más importante paso es darse cuenta de que algo anda mal y que debemos cambiar.
Si dejamos pasar los indicadores que predicen el problema, no lo haremos desaparecer, lo haremos más grande y por lo tanto más difícil de tratar.
Reconocer que algo en nuestra pareja necesita mejorar no es malo, ni significa fracaso.
Las diferencias vienen cuando nos conocemos mejor que de costumbre, pero como decíamos, nos dan la oportunidad de hablar del tema y encontrar un punto de acuerdo, una manera de llevarnos bien.
2. Promueve una comunicación fluida
La comunicación es un factor muy importante en todo tipo de relaciones y especialmente entre parejas, cuando los individuos pasan mucho tiempo juntos.
No solo en caso de problema, sino en todo momento. Hablar con tu pareja sobre cómo te sientes, ya sea bueno o malo, y dejar que lo haga te ayuda a comprenderte mejor, generar confianza, prevenir diferencias o malentendidos que podrían conducir a problemas y, en última instancia, fomentar relaciones más sólidas. .
Trata de no hacerlo de manera ofensiva o defensiva cuando hables, solo dile que te molesta o te hace sentir mal. Es decir, intentaremos hacernos valer diciendo que nos produce malestar, pero con el objetivo de arreglarlo y no con la intención de culpar a la otra persona.
3. Centrarse en el presente
Ante una crisis o situación problemática, debemos enfocarnos en el tema que nos preocupa en el presente y no hacer críticas irrelevantes o culpar a crisis del pasado, especialmente si ya han sido resueltas.
Es mejor plantear los problemas y confrontarlos uno por uno para enfocarse en ellos y encontrar una mejor solución.
También evitamos volver a crisis anteriores si son resueltas e innecesarias. Debemos pasar página y no quedarnos de brazos cruzados, de lo contrario no servirá enfrentarlos.
4. Auto-responsabilidad
Como sucede en muchas relaciones, cuando se produce una crisis, no es causada por un solo miembro, sino por ambos miembros de la pareja.
Entonces, cuando planteemos un desacuerdo, como recomendamos antes, no culparemos a la otra parte por la situación y asumiremos parte de la culpa.
El problema no es de tu pareja ni de ti, pero el problema que ocurrió se puede arreglar. No siempre es necesario sentirse culpable, pero debe rendir cuentas y/o compartir la responsabilidad.
Puede ayudar usar frases como "Me siento mal por lo que dices" en lugar de "Me lastimaste" o "No entiendo cuando dices..." en lugar de "No puedes presentarte mal".
Vemos el mismo aviso, pero en el segundo caso culpamos a nuestra pareja; Sin embargo, en la primera opción, tenemos cierta responsabilidad.
5. Nadie gana
Cuando abordamos las diferencias y las causas de la crisis y tratamos de encontrar una solución, el objetivo debe ser encontrar un equilibrio que funcione para ambos.
El objetivo no es ser mejor que el otro, ni intentar ser el ganador o correcto, el objetivo final debe ser llegar a un acuerdo.
Si empezamos a luchar contra nuestro ego, fingiendo que nuestra pareja está de acuerdo con todo lo que decimos, solo empeoraremos la situación.
6. Intenta controlar los impulsos
Por la importancia de la comunicación y la forma en que nos presentamos, es importante que antes de plantear un tema o motivo de malestar pensemos y pensemos en cómo nos sentimos y sentimos, la forma en que lo expresamos es más adecuada.
De esta forma, la comunicación se desarrollará fácilmente de forma más fluida, sin interrupciones y sin experiencias desagradables.
Actuar impulsivamente muchas veces se traduce en una incapacidad para comunicar lo que realmente queremos, y nuestra pareja no comprende bien el mensaje y actúa a la defensiva ante el ataque.
Por eso, tampoco es buena idea dejar pasar o continuar el conflicto, porque al final es más probable que la persona explote y actúe irreflexivamente ante una realidad sin importancia.
Siete. También apreciamos la buena
Es normal cuando estás pasando por una crisis en una relación que solo veas las cosas malas, todo lo que la otra persona hizo mal, lo que te puso de mal humor, lo que no te gustó… y dejes de notarlo y apreciarlo.
Lo bueno, sus características y los programas que nos gustan. Si solo nos enfocamos en el lado negativo, lo único que tenemos que ganar es quedarnos atrapados en la situación, entramos en un bucle donde veremos todo lo negativo.
Rompamos este círculo vicioso y empecemos a apreciar la positividad. Como hemos visto, el problema no eres tú o tu pareja, sino la situación en la que te encuentras.
8. Planee actividades que ambos disfruten.
Para deshacerse de este hábito, puede planificar actividades que ambos disfruten y puedan hacer juntos.
Por lo general, cuando hacemos la misma actividad por un tiempo o con la misma persona, se crea un hábito cuando hacemos las mismas cosas y de la misma manera, pero si buscamos las diferentes actividades que queremos hacer, seremos capaces de divídalo y disfrute de su tiempo.
9. Tómate tiempo para ti
Cuando estamos enamorados es normal que pasemos mucho tiempo juntos, y más si tenemos hijos juntos o vivimos en la misma casa.
Pero estando con alguien, no hay motivo para dejar de centrarte en ti mismo.
Para nuestra felicidad y la felicidad de los cónyuges, es necesario que cada persona tenga tiempo para sí mismo, se reúna con amigos, practique deportes, disfrute de pasatiempos creativos ... Actividades que no siempre tenemos que hacer juntos.
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