Consecuencias de ir demasiado rápido en una relación
Apresurarse en una relación a veces puede significar sumergirse en el vacío del arrepentimiento. Porque sucede, a veces el amor nos tienta, y tarde o temprano la pasión nos ciega y nos hace crear anclas emocionales que nos tiran al abismo y sin rumbo. Por supuesto que siempre hay excepciones, pero las prisas no suelen ser buenas aliadas.
Por ejemplo, la necesidad de romper las etapas de una relación romántica puede llevar a una pareja a comenzar una vida en común una semana después de conocerse. Ocurrió también cuando decidió casarse, para formalizar este amor fugaz en unos meses más.
Algunas personas incluso alcanzan su clímax en esta fascinación por el parto. Muchas de estas decisiones impulsivas se convierten en desacuerdos.
Bueno o malo depende de una serie de factores, como la edad, la experiencia, la personalidad de la pareja, las habilidades emocionales y la madurez psicológica.
El amor es una aventura en la que a veces alcanzamos un gran proyecto común y a veces cometemos otro fracaso del que debemos aprender una lección. De cualquier manera, siempre hay consecuencias que esperar. Los analizamos.
¿Cuáles son las consecuencias de apurar demasiado una relación?
Hay un consejo no escrito que nos recuerda que cuando se trata de amor o sexo, cuanto más lento, mejor. Sin embargo, nunca es fácil memorizarlo o controlarlo.
La fiebre del desamor a veces nos obliga a saltar al espacio sin paracaídas, y dar pasos sin pensar primero si seremos demasiado impulsivos. Por ejemplo, estudios como el de la Universidad de Cornell (Nueva York) nos muestran algo interesante.
En una muestra de 600 parejas se encontró que aquellas que progresan muy rápido en sus relaciones, como tener sexo el primer día y convivir después de algunas semanas o meses, no siempre logran buenos resultados.
La tasa de fractura posterior es alta. Obviamente, hay excepciones, pero en general, la prisa no trae felicidad ni estabilidad. Entonces, conozcamos algunas de las consecuencias de moverse demasiado rápido en una relación.
Después de enamorarnos descubrimos que no hay amor
El amor es el sentimiento de pasión, deseo y atracción. Hay relaciones burbujeantes, esas que nos atrapan con su fuerza, el placer sexual y el placentero sentimiento del amor. Sin embargo, después de un tiempo, toda esa emoción se desvanece y llega la calma normal y cotidiana.
Luego descubrimos que más allá de la pasión... no hay amor. Sin una alianza fuerte, el afecto se asocia con lo ordinario y el encanto de lo sencillo. Casi para nuestra sorpresa, descubrimos que no compartíamos nuestros valores, era difícil llevarnos bien con ellos y ni siquiera nos llevábamos bien en nuestros planes futuros.
¿Con quién comparto mi vida?
La atracción, la pasión y el enamoramiento nos aplican un filtro inusual. Todo brilla, el otro brilla en absoluta perfección y le atribuimos mil virtudes y cientos de habilidades y beneficios.
Ahora bien, una consecuencia de ir demasiado rápido en una relación, dicen, llegará un día en que se apague ese filtro y se vea la realidad del otro sin píxeles ni capas.
Amarillo. Como resultado, nos preguntamos con quién compartimos nuestras vidas. La persona que tenemos al lado no es solo un extraño, sino alguien que no está del todo de acuerdo con lo que somos y lo que esperamos de una relación.
Esta relación es una forma de dejar atrás otra (e irreparable) relación pasada.
A veces, esta necesidad tiene que tomar un atajo, ponerse al día y convertir esta incógnita en una respuesta diaria a necesidades enterradas.
Muchas personas inician relaciones para olvidarse de otras relaciones que han sido muy dolorosas. La relación de Liana (atar a un marido con otro) tiene esta habilidad.
Además, hay otro hecho evidente. Moverse rápidamente hace que las cosas se pongan tensas, estos sentimientos desbordantes cubren las heridas del pasado, y por un tiempo la mayoría de las cosas se vuelven atractivas. Pero al final, el día en que se supone que la relación deja de tocar las heridas del ayer para convertir el presente en nuevas tonterías.
Demasiada intensidad te hará daño
Otra consecuencia de precipitarse en una relación es la intensidad de la emoción y la atención que a menudo se reserva para la otra persona. Los pensamientos se enfocan en la otra persona, solo la relación, todo lo que hacemos va dirigido hacia esa persona, el nivel emocional siempre es intenso, desbordante, adictivo…
Finalmente, las personas a menudo experimentan agotamiento espiritual y se dan cuenta de que uno se está olvidando de sí mismo.
Avanzando rápido en una relación: cosas que no sabías sobre esta persona
La aceleración del tiempo en el amor muchas veces nos hace olvidar aspectos cruciales. De un día para otro, puede ocurrir algo inesperado que nos confunda. Esta persona puede creer en las relaciones abiertas y románticas y tener múltiples parejas sexuales al mismo tiempo.
Asimismo, también es posible que alguien tenga algún tipo de adicción o que simplemente tenga problemas familiares complejos de los que no nos ha hablado. Todas estas son situaciones que no siempre vemos en las primeras etapas, por lo que es mejor tener cuidado y cuidado al elegir sus próximos pasos.
En conclusión, es cierto que cada persona es libre de decidir qué tan rápido quiere estar en una relación. Sin embargo, para evitar decepciones sin esperanza en el futuro, siempre debemos tener claro quiénes somos. A veces, reducir la velocidad es más sabio y más gratificante.
Vamos a pensarlo. Saber cómo controlar tus emociones y comportamiento durante momentos de mucho estrés es una señal de paciencia en una relación.
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